Desde sus inicios el ser humano trató de darles respuesta a
los distintos enigmas de su existencia a través de las distintas formas de
religiones, de tal forma de poder entender lo que ocurría a su alrededor con la
naturaleza, darle un sentido o propósito a su vida; el para qué de su
existencia. Necesitaba entender el origen del bien y el mal, la causa del dolor
y el camino que los podía conllevar a la felicidad. Es así como el ser humano
comenzó a crear( o a descubrir, para los creyentes) las diversas divinidades,
que le brindan un orden a su mundo, y que lo protegen de todos los pesares a
los que se encontraba expuesto. Estas primeras formas religiosas fueron evolucionando
para dar paso a las grandes tradiciones de religión actuales. Las primeras
religiones fueron politeístas, es decir, se creía y se veneraba a distintos
dioses, según a las tribus o civilizaciones a las que perteneciera; esto al
contrario de las religiones que son monoteístas, cuyas creencias se centran en
un Dios único. Esto, para crear figuras diversas, que brindaran protección en
todos los ámbitos en los cuales se sintiera inseguro o temeroso.
Las religiones son el acto o representación por la cual el
ser humano cree demostrar su reconocimiento o existencia de uno o varios
dioses, que tiene o tienen poder sobre el destino que les depara a quienes
cumplen con ciertos ritos, los obedecen, sirven y honran de distintas maneras.
Etimológicamente la palabra religión significa obligación,
pero dependiendo del autor o la corriente es el significado que se le atribuye.
Cicerón, por ejemplo, llamaba religiosos a aquellos que cumplían al pie de la
letra todos los actos del culto divino.