viernes, 19 de junio de 2015



Desde sus inicios el ser humano trató de darles respuesta a los distintos enigmas de su existencia a través de las distintas formas de religiones, de tal forma de poder entender lo que ocurría a su alrededor con la naturaleza, darle un sentido o propósito a su vida; el para qué de su existencia. Necesitaba entender el origen del bien y el mal, la causa del dolor y el camino que los podía conllevar a la felicidad. Es así como el ser humano comenzó a crear( o a descubrir, para los creyentes) las diversas divinidades, que le brindan un orden a su mundo, y que lo protegen de todos los pesares a los que se encontraba expuesto. Estas primeras formas religiosas fueron evolucionando para dar paso a las grandes tradiciones de religión actuales. Las primeras religiones fueron politeístas, es decir, se creía y se veneraba a distintos dioses, según a las tribus o civilizaciones a las que perteneciera; esto al contrario de las religiones que son monoteístas, cuyas creencias se centran en un Dios único. Esto, para crear figuras diversas, que brindaran protección en todos los ámbitos en los cuales se sintiera inseguro o temeroso.
Las religiones son el acto o representación por la cual el ser humano cree demostrar su reconocimiento o existencia de uno o varios dioses, que tiene o tienen poder sobre el destino que les depara a quienes cumplen con ciertos ritos, los obedecen, sirven y honran de distintas maneras.
Etimológicamente la palabra religión significa obligación, pero dependiendo del autor o la corriente es el significado que se le atribuye. Cicerón, por ejemplo, llamaba religiosos a aquellos que cumplían al pie de la letra todos los actos del culto divino.

Las teorías más modernas, de mano de la psicología transpersonal, hacen un paralelo de la evolución de las religiones con el desarrollo de la conciencia humana, y asocian los comienzos de las diversas tradiciones con experiencias internas de individuos que se encuentran en las distintas fases de este camino de desarrollo interior.